La catástrofe medioambiental de Huelva desde el franquismo hasta nuestros días: Crónica de una perversión subvencionada con fondos públicos.
*Texto publicado en prensa en el año 2014.
Le dije que quería entrevistarlo y él, con una sonrisa, aceptó sin poner una sola pega o condición. Es complicado entrevistar a alguien cuando es compañero tuyo de trabajo y tu profesión no es el periodismo, sino la docencia. Yo conocía solo un poquito su lucha desinteresada, pero sabía la dignidad con la que ha sobrellevado que, desde la desinformación, muchos de nosotros opinemos sobre una realidad que ha sido “maquillada” de forma perversa y vergonzante por muchos medios de comunicación. Él es Paco Romero Montilla, profesor de Historia en el IES José Caballero en el que ambos trabajamos. Hace poco, entre clase y clase, encontramos un hueco para sentarnos tranquilamente en la sala de profesores. Paco me habló, sin ningún tipo de tapujos, sobre una ciudad maltratada por la “contaminación social” que surge del miedo y la mentira cuando existen demasiados intereses económicos. Y es que a Paco, como a muchísimos otros onubenses, no solo le importa el terrible problema medioambiental y la salud de miles de personas; también le duele ella, una ciudad que lleva esperando durante demasiadas décadas que se haga justicia: Huelva.
-Cuando llegaste a Huelva, ¿qué fue lo primero que te llamó la atención de esta ciudad?
-Llegué en el año 84 y, al poco tiempo de estar aquí, me di cuenta de que “algo no olía bien”. Durante un tiempo creí el bulo de que la peste procedía de la Celulosa, y que a pesar del mal olor no suponía ningún riesgo para la salud y el medioambiente. Fue en el año 1994, en el programa titulado El informe secreto de Contaminación en Huelva, emitido por Línea 900 en Televisión Española, cuando descubrí la verdad sobre cómo las industrias químicas maltrataban a Huelva y a quienes aquí vivimos.
- ¿Tuvieron que pasar diez años para que la Televisión Nacional denunciara una realidad que los medios de información andaluces negaban?
-Así es. Ese programa me dio la clave para averiguar otros aspectos que desconocía hasta entonces. Ya sabía que el gravísimo problema medioambiental de Huelva venía de muy atrás y tenía su origen en el Polo Químico, desde que se instalara en pleno franquismo. Muchas personas de otras localidades se trasladaron a Huelva en busca de trabajo. La mayoría de ellos continuaron con la doble residencia, entre semana en Huelva, y los fines de semana de vuelta al pueblo. Por tanto, se fue generando una “carencia de sentimiento de arraigo y de conciencia de ciudad”. Quizá ese sea el origen de que todavía se hable de Huelva como una provincia “impersonal” aunque, afortunadamente, la situación está cambiando.
Décadas después, Kissinger, directivo de la multinacional Freeport McMoRan, propietaria de Atlantic Copper, y secretario de estado en la época del presidente Nixon, desembarcó en Huelva para adquirir las Minas de Riotinto y la Fundición de Cobre situada en la ría de Huelva. Cerró las primeras y dejó en la ruina a la Cuenca Minera, al traer el concentrado de cobre desde su mina de Indonesia. De esta manera, dedicó la histórica Mina de Riotinto a mero vertedero de sus residuos. Tras ver ese documental, empecé a descubrir mucho más.
Al hilo de lo expuesto por Paco Romero, El informe secreto de Contaminación en Huelva destaca datos imprescindibles para entender la actual realidad onubense: Hasta el año 1994 se habían recogido 16 denuncias por delitos ecológicos. Incluso se llegó a denunciar por prevaricación a los responsables de la Agencia de Medio Ambiente Andaluza.
La empresa Riotinto pertenece a la multinacional Freeport McMoRan, accionista de Atlantic Copper, que está gobernada por Kissinger. Según el documental, los camiones de Kissinger “transportaban 40000 toneladas al año de ácidos débiles para vertirlos de una forma que en su país nunca le habrían tolerado”. En el año 1994, José Manuel Cantó, doctor en Geología y funcionario de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, denunció que la Junta no estaba tomando medidas contra las empresas que vertían miles de toneladas de ácidos débiles en depósitos mineros inadecuados. Tras su denuncia, la Junta lo suspendió de empleo y sueldo durante cuatro años, pero se inició un proceso judicial que terminó por darle la razón. “En diciembre de 1998, Atlantic Copper fue condenada por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Huelva, por un delito ecológico por gestión ilegal de residuos. La acusación en dicho procedimiento popular fue ejercida por la Sociedad para la Defensa de la Calidad Ambiental y la Salud (HIGIA).
Sin embargo, tras haber sido condenada por delito ecológico, la empresa obtuvo premios de gestión ambiental. En febrero de 2003, la Revista Andalucía ECONÓMICA le otorga, por unanimidad, el Premio Gestión Medioambiental. Además, en 2004, recibe el “Premio Doñana” a la Empresa Sostenible. El jurado destaca “su gran compromiso medioambiental y social, que se ha traducido en importantes inversiones en medio ambiente y en la extensión de un modelo de sostenibilidad que sirve de referencia para la empresa industrial en Andalucía”.
En 2010 se dicta otra sentencia, por los Juzgados de Huelva, obligando a Atlantic Copper a presentar un plan de neutralización de los ácidos débiles vertidos al embalse presa nº 1 de la antigua mina de Riotinto y el vaciado del mismo, pues se había almacenado un gran volumen de aguas ácidas muy agresivas, en condiciones de originar indefinidamente vertidos a la red de drenaje”.
Por otra parte, el colectivo ciudadano Mesa de La Ría, al que pertenece Paco Romero Montilla, considera “deporable” que la Junta subvencione a Atlantic Copper con casi un millón de euros”. Según expresa dicho colectivo, carece de toda lógica que la Junta de Andalucía apoye las renovables y el autoconsumo energético “de cara a la galería”, mientras subvenciona y fomenta empresas multinacionales de la energía fósil. Igualmente, recuerda que este millón de euros se suma a los 10’1 millones de dinero público que recibió en 11 años, al cincuenta por ciento del gobierno central y de la Junta de Andalucía. Mesa de la Ría ha denunciado, con base en los artículos 101 y 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que las subvenciones públicas de la Junta y el Gobierno a la empresa Atlantic Copper son para “el fomento y mantenimiento de un modelo productivo contaminante en la ciudad de Huelva”. Además, en la denuncia que el colectivo ciudadano interpuso a dicha empresa, se pide a la Comisión Europea que “se investigue lo que ocurrió el 5 de octubre de 2012 en relación a la nube tóxica y a las personas localizadas que sufrieron afecciones respiratorias, vómitos y mareos, algunas de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas y que inste a las autoridades españolas a facilitar a la opinión pública toda la información sobre accidentes químicos atmosféricos, así como las constantes incidencias de subida de picos de contaminación por arsénico y partículas finas y ultrafinas”.
Los ríos de tinta en torno a la figura de Kissinger han desatado la más absoluta controversia. Resulta paradójico que, aunque fuera considerado en el siglo pasado “criminal de guerra”, haya recibido, a lo largo de su trayectoria, distintos premios. Entre ellos destaca el Premio Nobel de la Paz, en el año 1973. Sus relaciones y amistades han puesto en entredicho a distintas personalidades del panorama actual, entre las que destaca la figura del monarca de España.
Christopher Hitchens, autor del libro Juicio a Kissinger, en 2002, expresaba: “La única impunidad de que Henry Kissinger disfruta es rango; huele que apesta. En nombre de las innumerables víctimas, conocidas y desconocidas, es hora de que la Justicia intervenga”.
En referencia al problema medioambiental de Huelva, Jesús Vozmediano hizo un llamamiento a la ciudadanía en 1994: “En el caso de Huelva se plantea el aforismo este de que ‘el pueblo que no lucha no merece vivir’. Huelva es un pueblo muy pasivo que no acaba de darse cuenta del problema”. Como profesor de Derecho Ambiental y Oratoria, también declaró en 2011 al Noticiario Centro de Andalucía que “Doñana tiene decenas de problemas y solo conserva un 15% de sus marismas”. Afirmó que el Ministerio de Medioambiente en España es un ‘Ministerio fantasma’ que no toma medidas ambientales”. Añadió que “La Junta de Andalucía va en el mismo sentido”. De manera tajante, concluyó: “El problema es que en España hay una tendencia ignorante y destructiva, que no es solo de nuestro tiempo”.
-Paco, ¿qué es lo que más te sorprendió de todo lo que descubriste sobre la contaminación ilegal de Huelva?
-La contaminación en Huelva abarca distintos ámbitos: desde los vertidos directos a la Ría procedentes de distintas industrias del Polo Químico de la avenida Francisco Montenegro, como las continuas fugas de hidrocarburos de CEPSA, los depósitos de residuos de Atlantic Copper en las minas de Riotinto y en Aznalcóllar o los realizados en plena marisma de la ría de Huelva por Fertiberia y Foret. Se trata de las conocidas como balsas de fosfoyesos. Estas balsas han recibido, además de los propios fosfoyesos, otros residuos peligrosos: distintos metales pesados, ácidos débiles, arsénicos, cadmio radioactivo, etc. Además, existen emisiones de gases tóxicos al aire. Entre ellos destaca el arsénico, PM10 y PMD5, procedentes de Atlantic Copper. Todo esto supone un cóctel químico muy peligroso para los habitantes de la Ría de Huelva y su medioambiente.
A ello se une que tanto Atlantic Copper como Fertiberia han recibido distintas sentencias, por delito medioambiental, en la gestión de estos residuos. Lo curioso de ello es que Atlantic Copper recibió un premio, de manos del propio Príncipe de Asturias, por calidad medioambiental. Algo parecido ha ocurrido con Fertiberia, cuyo propietario recibió el título de marqués por parte de la monarquía.
En su momento, me sorprendió también saber que en 1993 Kissinger se había reunido con Manuel Chaves, cuando éste era presidente de la Junta de Andalucía, y que había conseguido el apoyo de la administración andaluza y la subvención para que la multinacional Freeport McMoRan se hiciera cargo de las minas de Riotinto y de la Fundición de Cobre. De igual manera, otras empresas, como Fertiberia, también han disfrutado de esas subvenciones durante años, a pesar de ser empresas que obtienen grandes beneficios.
Por otra parte, hay que destacar que en 1991 se reunieron los partidos políticos, sindicatos, agentes sociales, administraciones y empresarios de Huelva para firmar los que pasaron a ser los “Acuerdos del 91”, que tenían por objeto recuperar la Punta del Sebo para la ciudad. Para ello, se comprometían a no permitir la instalación de ninguna industria nueva en esa orilla de la ría y el desmantelamiento progresivo de aquellas factorías que fuesen finalizando su vida útil. Los puntos firmados en estos acuerdos fueron incorporados al Plan General de la ciudad, y a fecha de hoy no se han cumplido.
El acuerdo al que hace referencia mi compañero Paco Romero tiene su origen en el año 1987. En ese año la Agencia de Medio Ambiente de Andalucía elaboró un plan para acabar con los residuos tóxicos de la ría de Huelva. Seis años después, el gobierno andaluz se gastó 90 millones de pesetas para saber si dicho plan había dado resultados pero, “de manera incomprensible, este informe que detecta graves irregularidades se ha mantenido en secreto”, según lo expuesto en Línea 900. A raíz de ahí, continúa la batalla legal de los ecologistas para acabar con la contaminación en Huelva.
En el 2013, Mesa de la Ría “considera de extrema gravedad que el delegado del Gobierno andaluz haya ocultado durante días el vertido de Fuel de Cepsa”. En su comunicado, el colectivo ciudadano explica que este tipo de actuaciones incumplen los principios básicos de las Naciones Unidas, ante la obligada alerta e información a la población sobre accidentes ambientales, ya que “las autoridades en una sociedad democrática están obligadas a informar sobre tales hechos”. Además, el colectivo también informa de que el vertido afecta tanto a la Reserva de la Biosfera como a Doñana y advierte de que traslada la denuncia a la Comisión Europea y a la Unesco.
Por otra parte, Fertiberia es condenada en 2009 por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo por delito ambiental al verter fofoyesos a la ría de Huelva. Casi cuatro años después de la sentencia que la obligaba a la paralización de los vertidos y retirada de los fosfoyesos, la empresa elabora un documento que la Mesa de la Ría define recientemente en su página web como un auténtico fraude. En el documento emitido por Fertiberia se habla de “proyecto de restauración de las balsas”. Sin embargo, el colectivo ciudadano afirma que se trata de una maniobra más de PSOE e IU para captar votos. “Mientras estos partidos políticos nos entretienen con discursos falaces, comisiones y plataformas, la empresa está vaciando las aguas ácidas de las balsas, hecho por el cual la Mesa de la Ría ha presentado denuncia ante la fiscalía provincial recientemente. (…) La Mesa de la Ría no va a aceptar nunca una solución que no pase por llevarse los fosfoyesos y todos los residuos tóxicos y radioactivos que en las Marismas del Tinto se han depositado”.
Como exponía Paco Romero, Fertiberia es propiedad del Marqués de Villar Mir, actualmente imputado en el caso Bárcenas por donaciones ilegales al Partido Popular. Además, Isabel García Tejerina, la nueva ministra de agricultura, fue una de las principales directivas de la empresa. En un comunicado publicado por Europa Press el 29 de abril, Mesa de la Ría recuerda al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su promesa sobre la retirada de los fosfoyesos en Huelva y declara:
“Es un día triste para la Democracia, en el que una vez más se demuestra en manos de quien está el verdadero poder, muy alejado de los ciudadanos, y próximo a los intereses de las grandes empresas que, sin escrúpulos, actúan para la obtención del máximo beneficio”.
-Paco, como integrante del colectivo ciudadano Mesa de La Ría, ¿puedes explicarnos cómo surge esta iniciativa y en qué consiste vuestro trabajo?
-La iniciativa surge en el año 2003 con J. Pablo Vázquez, decano del Colegio de Arquitectos. Se pretende que los distintos partidos políticos y sindicatos se comprometan, por fin, a cumplir el acuerdo firmado en el año 1991. En él se establecía que en Huelva no podía instalarse ninguna industria más. Sin embargo, tanto PP, como PSOE, así como la Federación de Empresarios onubenses, se niegan a asistir a la reunión que estaba prevista. Tanto los poderes públicos como la Junta de Andalucía se han dedicado a falsear la realidad construyendo bulos que generan malestar entre los onubenses. Incluso han llegado a decir que la contaminación en Huelva es más psicológica que real. Lo peor del caso es que, después de las contantes mentiras e irregularidades llevadas a cabo, todos aquellos que defendemos que se haga justicia hemos tenido que soportar que el propio consejero de Medioambiente nos llame “alarmistas”. La labor de la Mesa de la Ría ha consistido, fundamentalmente, en “desmontar mitos”. Afortunadamente, cada vez el miedo es menor y hemos conseguido que hoy se pueda hablar con libertad sobre un tema tan grave que afecta a la salud de miles de personas, pero todavía necesitamos que la ciudadanía “plante cara”. Como los interesados en ocultar la verdad no podían desmontar nuestros argumentos, han recurrido al desprestigio púbico. Hemos tenido que soportar que se nos llame “traidores a Huelva”, “antisistema”, “radicales”, “Mesa de los constructores” y “los Ayatolá”. Quiero destacar que nuestra labor es desinteresada, no somos profesionales de la política. Somos ciudadanos que creemos en lo que hacemos. Desde la Mesa de la Ría cubrimos los ámbitos de la Comunicación, el apartado Jurídico y el Legislativo. Además, contamos con expertos en Contaminación. Foret es la primera industria que se está desmantelando para descontaminar el suelo. Sin embargo, queda mucho trabajo por delante. Cuando pasó lo del Prestige, toda España se movilizó. ¿Por qué con Huelva no ocurre lo mismo si la catástrofe medioambiental tiene mayores dimensiones en el espacio y en el tiempo?
- ¿Cuál es uno de los momentos más emotivos que has vivido dentro de la Mesa de la Ría?
- Recuerdo cuando visitamos la Plataforma de Refinería en Extremadura para dar una charla. El salón de actos estaba repleto. Incluso había muchísimas personas fuera que no podían entrar. Sentimos que aquellas personas comprendían nuestra indignación ante la injusticia porque estaban sufriendo una situación similar. Nos sentimos arropados y queridos. Pero sentí una envidia sana, ya que en Huelva no existía la misma unión en la lucha para un futuro digno para esta ciudad, alejado del modelo basado en una industria química obsoleta y altamente contaminante y que quienes decidimos embarcarnos en esta lucha no recibíamos el mismo apoyo.
Tampoco puedo olvidar nuestra primera “Garbanzada” el día 12 de octubre de 2004. Una gran cantidad de onubenses nos reunimos en la Punta del Sebo para exigir la paralización de las obras de la nueva central de ciclo combinado que Endesa quería instalar allí. Otro hito importante fue la manifestación del 6 de noviembre de 2003, también contra la nueva térmica de la Punta del Sebo. Ésta fue la segunda manifestación más importante que ha existido en Huelva. Solo la superó en número de manifestantes la del 11M.
-¿Qué les dirías a todos aquellos que no entienden vuestra lucha?
-Yo les plantearía la siguiente cuestión: ¿Cuál es el mejor futuro para Huelva? ¿El que nos ofrecen industrias que llevan casi 50 años y no han sacado a Huelva de su situación de subdesarrollo económico? ¿El futuro que nos ofrece una industria obsoleta que nos ha llevado a encabezar las listas de paro? Desde la Mesa de la Ría entendemos que otra Huelva es posible, con la recuperación del margen de la ría para la ciudad y con la búsqueda de alternativas en otros sectores económicos que generan más puestos de trabajo sin la necesidad de deteriorar el entorno natural. Lo que sucede es que, para que eso ocurra, habría que empezar por la limpieza de los vertidos y destrozos que la industria química está dejando, ya que ninguna actividad económica nueva querrá venir a un espacio medioambiental contaminado. Y siempre bajo la máxima de que quien contamina, paga. Necesitamos muchas más personas que se sumen a nuestra lucha y que trabajen con nosotros. Es nuestra salud y nuestro futuro el que está en juego.
- Por último, ¿qué les dirías a aquellos que han permitido que se incumpla la ley y no se haga justicia en Huelva?
- Me gustaría que me respondiesen. ¿Qué ha pasado desde que firmaran los Acuerdos del 91 para que hayan cambiado de opinión y los incumplan de manera sistemática? ¿Por qué en todas las decisiones, tomadas desde la Administración, siempre se ha favorecido a las industrias químicas y, a fecha de hoy, nunca han defendido a la ciudadanía a la que cada cuatro años le solicitan el voto?
El pasado 4 de febrero de este 2014, muchos nos sumamos a la movilización ciudadana bajo el lema “Huelva Harta”. Paco Romero, junto con el resto de los ecologistas, eligió la efeméride del “año de los tiros” por tratarse de una reivindicación de los onubenses: “su derecho a no morir”. Además, el 4F coincidía con el Día Mundial del Cáncer. Después de redactar este texto, solo deseo que la indiferencia y la desinformación no nos mate antes que la Injusticia y el desastre medioambiental que asola Huelva. Lo merece Huelva y lo merecemos todos. Es cuestión de dignidad pero, ante todo, cuestión de vida.
Ángela María Ramos Nieto. Profesora de Lengua Castellana y Literatura.